Padre graba el momento que ballena traga a su hijo y luego lo escupe

febrero 13, 2025

Por: CNN

Un padre grabó el momento en que su hijo fue tragado por una ballena jorobada, que segundos después lo expulsó. El episodio ocurrió en el sector sur de Punta Arenas, en Chile, en las gélidas aguas del estrecho de Magallanes el pasado sábado 8 de febrero cerca de las 3:00 p.m., hora local.

Dell Simancas, un anestesiólogo de 49 años, y su hijo Adrián –analista, programador y músico, de 24– habían iniciado una travesía que no lograron hacer un año atrás hacia la isla Nassau, en la llamada Ruta Patrimonial del Cabo Froward. “Teníamos meses preparando la salida, una salida híbrida de trekking y remo con packraft”, compartió Dell Simancas en entrevista con CNN.

Fue en un momento de su travesía, cuando Dell había sacado su cámara para grabar, que escuchó un ruido detrás suyo. Al voltear descubrió que Adrián había desaparecido. Segundos después, vio cómo salió disparado a la superficie, junto con su packraft y lo que parecía ser la aleta de la ballena.

“Adrián estaba consciente y me estaba hablando, eso me tranquilizó”, cuenta Dell. Ya en la superficie, comenzó el esfuerzo de ponerse a salvo. Adrián perdió su remo durante el incidente y Dell tuvo que remolcarlo. Ya en un sitio seguro, Adrian volvió a subir al packraft y, sin remo, tuvieron que abortar por segunda vez su travesía.

Una media hora antes del incidente, Adrián recuerda que alcanzó a ver un chorro de agua que salía disparada. Pero él nunca había visto una ballena. Al momento del incidente, sintió un golpe demasiado fuerte para ser una ola, que venía de atrás y lo levantaba.

“Cuando volteo, siento en mi cara una textura como babosa, alcancé a ver colores entre azul oscuro y blanco, algo que me encierra y me hunde. En ese momento pensé que ya no podía hacer nada, que iba a morir. No sabía qué era. Estuve un segundo en esa incertidumbre”, relató en una entrevista con CNN.

Acto seguido sintió un tirón en su chaleco que lo subía a la superficie y una vez arriba, comenzó a entender lo que pasaba. “Sentí mucho miedo de que la ballena lo tumbara a él (a Dell), o empezara a dar saltos o a jugar, porque hubiese sido más peligroso. Yo le gritaba: ‘cuidado, hay algo allá abajo’, pero Dell me decía, tranquilo, tranquilo. Eso me cambió el chip”, recuerda.

Adrián se aferró al bote, moviéndose para ayudar a Dell a remolcarlo y también para evitar una hipotermia, por las gélidas aguas de la zona. Así pasó mas de media hora, dijo.

Dell asegura que el único momento de terror que vivió fue cuando no vio a Adrián ni a su bote. “Pero cuando ya lo veo y me contesta, ya cambiamos de modo a, ‘cállate y agárrate, no sueltes el bote”, dijo entre risas.

“No sé de ballenas, pero sí que son muy inteligentes”, dice. “Creo que la ballena nos protegió, nos alerto de que el clima se estaba poniendo mal, para que fuéramos a la bahía; y, si son necios, les perdemos el remo. Porque si hubiésemos encontrado el remo, habríamos seguido”, asegura.

Ahora padre e hijo intentarán por tercera ocasión concretar su aventura el próximo año.

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