Emergencia ambiental ante la erosión costera
Puerto Rico, conocido por sus hermosas playas, enfrenta un grave problema de erosión costera, exacerbado por el cambio climático y la construcción en áreas marítimo-terrestres.
Este fenómeno ha llevado a la pérdida de extensas costas, como se observa en el balneario Puerto Nuevo, que hace 45 años contaba con kilómetros de playa.
La falta de planificación adecuada y la construcción desmedida han debilitado la vegetación de las dunas, que actúa como barrera natural.
Comunidades como la de Margarita en Barceloneta han sufrido las consecuencias, enfrentando la pérdida de viviendas y la deterioración de infraestructuras clave.
A pesar de que existen fondos federales para abordar estos problemas, la burocracia retrasa la ayuda, mientras que otros municipios, como Loíza, han declarado estados de emergencia.
La situación se complica debido a la falta de fiscalización en la zona marítimo-terrestre, lo que pone en riesgo el futuro de las costas puertorriqueñas.